martes, 20 de julio de 2010
Joe Madureira - La potencia sin control, no sirve de nada
Teníamos ganas, en la casa de las sombras, de hablar de este notable dibujante/guionista nacido en philadelphia hace 35 años. Quienes , como yo, se engancharon a los cómics sobre mutantes en los 90, decirles que es quien tomó el relevo natural al gran Jim Lee.
¿Que de quien hablamos? pues del autor de gran trazo Joe Madureira.
Precursor del Amerimanga, el pequeño Joe ya sabia desde muy temprana edad que estaba destinado a ser un referente entre los dibujantes de cómics del mundo. Recibió su primer encargo a los 16 años cuando ya estudiaba en la escuela superior de arte y diseño, se trató de un serial de ocho páginas centrado en Estrella del Norte para la antología Marvel Comics Presents, en el que demostró ser uno de los nuevos talentos de aquella época. Desde ese momento quedó demostrado la fuerte influencia que el manga y el anime japonés tenían en el estilo de la prometedora estrella. El propio Madureira ha reconocido que entre sus influencias están: por lado americano Arthur Adamas y Adam Warren (el primer “amerimangista” puro) y autores como Katsuhiro Otomo, Masamune Shirow y obras como Bastard o Ghost in the Shell se encuentran entre sus favoritos.
En Marvel sabían lo que tenían entre manos y poco a poco le fueron dando más trabajos siempre en la franquicia mutante. Hasta que en 1993 le llegó su primer encargo de importancia: La primera miniserie de Masacre (Deadpool: The Circle Chase), lo que por fin le llevó al trabajo por el que es más recordado hasta el momento, ni más ni menos que su etapa en The Uncanny X-Men.
En 1998 Madureira se juntó con otros dos jóvenes “Hot Artist” Jeff Scott Campbell y Humberto Ramos, siguió los pasos que años antes diesen Jim Lee, Eric Larsen, Rob Liefeld y los demás fundadores de Image, crearon su propio sello llamado Cliffhanger (dentro de Wildstorm), lo que buscaban era un mayor reconocimiento, la posibilidad de llevar a cabo sus propias creaciones y sobre todo más pasta, mucha más pasta. La creación de Joe Madureira se llamó Battlechasers y trataba sobre un mundo de fantasía en el que imperaba la magia, pero también había elementos tecnológicos como los Golems de guerra. Madureira alcanzó aquí las mayores cuotas de calidad y espectacularidad a pesar de que muchos de los diseños de sus personajes recordaban poderosamente a Gambito, Bishop o Lobezno.
Pero como todo buen “Hot Artist” la pereza y las ganas de gastarse la pasta se anteponían a sus ganas de trabajar y a pesar de que los dos primeros números salieron con puntualidad, del tercero al quinto pasaron entre tres y cuatro meses entre número y número, por el camino Joe diseñaba carátulas para videojuegos (el más popular el Marvel Super Heroes de Capcom), cubiertas para Wizard y Playstation Magazine y sobretodo jugaba mucho a la consola, ese mundillo cada vez le atraía más.... con la venta de Wildstorm a DC por parte de Jim Lee. Madureira coqueteó con el gran rival de Marvel. Algo muy sonado fue sobre una historia para un especial de Batman para un especial, y el chico se empeñó en dibujar el ovalo amarillo en el pecho de Batman que llevaba más de diez años sin usarse y desde las altas esferas se negaron. Este motivo entre otros le llevó a abandonar DC/Wildstorm y a publicar sus últimos números de Battle Chasers de nuevo en Image siendo el último el noveno.
A partir de aquí llega la época en la que se dedica al mundo del diseño de videojuegos, incluso crea su propia compañía de desarrollo de conceptos, Tri-lunar, pero la compañía quiebra antes de que pueda convertirse en una realidad, como también fracasaron sus diseños para Exarch y Dragon Runners.
Y ahí es donde esta la moraleja,amigos, no se puede pretender que te reconozcan como un dibujante estrella, cuando te puede la pasta fácil y la pereza. Hay que ser mas constante amigo Madureira.
Poco a poco fue volviendo al mundo del comic, haciendo pin-ups para Thundercats o Robotech, para el especial benéfico del 11-M. Regresa al mundo del cómic de la manita de Marvel,vendiendo su fichaje exclusivo como la gran ocasión del hijo prodigo. En la que nuevamente vuelve a decepciona por los retrasos y los múltiples aplazamientos de The Ultimates.
Cuando acabó The Ultimates se dedicó al mundo de los videojuegos como director creativo de Darksiders en 2010.
Al Frost
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